La
desigualdad social es un problema que abarca a toda la sociedad mundial sin
excepción, no existe un lugar en el mundo en la que no se hable de desigualdad
social, México es sin lugar a duda forma parte de los países que refleja uno de
los mayores niveles de desigualdad social en Latinoamérica y el mundo.
Al
ser uno de los países con mayor territorio, era de esperar que se obtuvieran
estas lecturas estadísticas que le posicionan como uno con los mayores niveles
de desigualdad social, en situaciones comunes esto de por sí ya resultaba
evidente, y con la llegada de esta pandemia por covid-196 es aún más notoria
debido a las evidentes necesidades de las clases más bajas, que se ven forzadas
a sostenerse con lo poco que el estado brinda para ellos, especialmente en el
sector salud y aquellos que cuentan con empleos informales y que además no
cuentan con estudios superiores. En #DICES encontraras temas vinculados directamente a la economía y
política del estado mexicano, así como diferentes notas informativas extraídas
de las mejores fuentes. Sin embargo, en México el tema de la desigualdad
económica y social no es un tema nuevo, es algo que viene sonando a oídos de
los mexicanos hace años y se ha reconocido como un problema grave que afecta a
gran parte del pueblo mexicano.
La
desigualdad salarial es evidente en el país, existen brechas irreales que
dividen una clase económica y social de otra dependiendo del mercado laboral y
la preparación académica, variables que también destacan dentro de la misma
problemática. Sin contar los numerosos casos donde el género se convierte en
otro factor determinante a la hora de optar por mejores oportunidades,
colocando a la mujer mexicana muy por debajo del hombre, empeorando el caso de
las mujeres que pertenecen al sector económico más bajo que terminan por
dedicarse exclusivamente a las labores del hogar mientras el hombre de este
mismo sector dedica incansables horas a jornadas extremadamente largas de
trabajo duro en campos limitados para obtener beneficios muy por debajo de la
media en comparación con un profesional.
No
se trata de un problema únicamente de clases sociales, o de conciencia, sino de
algo real, las estadísticas no mienten y colocan más de 40% de las riquezas del
estado en tan solo el 1% de la población, poco más de 100 mil personas
representan este 1%, supongamos que una empresa cancele a sus empleados un
total de 100 pesos, para 100 empleados, lo lógico sería que todos esperarían
una distribución equitativa, cada trabajador sabe que su esfuerzo es único y
que su tiempo y su persona no es menos valiosa que otra, pero a la hora de
repartir el pago un trabajador recibe 43 pesos y los restantes serán
distribuidos entre el resto de los trabajadores, 57 pesos entre 99
trabajadores.
Este
sin duda resulta un tema difícil de abordar porque pese a reconocerse la
problemática no se desarrolla medidas reales ni estrategias funcionales que
brinden soluciones reales, más allá de falsas promesas en campañas políticas.